jueves, 4 de agosto de 2016
EL AMIGUISMO
“El amiguismo”
Por: Dr. Álvaro F. Albornoz P.
Doctor en Derecho Constitucional
Un problema medular de nuestras sociedades latinoamericanas es el llamado “amiguismo” en el ejercicio de cargos públicos o privados.
El amiguismo lo podemos definir como una tendencia a favorecer a los amigos en perjuicio de otras personas (aun cuando estas posean mayor capacidad), en especial por lo que se refiere al trabajo.
Es decir, el amiguismo es ser parcial para con los amigos, especialmente al designarlos en posiciones de autoridad, sin importar si están cualificados o si tienen las credenciales académicas, morales y la trayectoria necesaria. Por lo tanto el amiguismo es contrario en la práctica con la meritocracia.
Este fenómeno es uno de los vicios que estanca el desarrollo de nuestros pueblos y que impide que las instituciones, tanto públicas como privadas, puedan desempeñar una buena labor.
Desde que una persona es designada en un cargo de autoridad, dentro de una organización pública o privada, llega a ejercer sus labores pensando en ayudar a sus amigos, pasando por encima y atropellando a los empleados que tienen trayectoria y preparación dentro de la institución. Estos jefes no son objetivos en sus decisiones, sino que aplican la subjetividad y en consecuencia toman medidas irracionales e ilógicas.
En consecuencia, no hay un respeto a los méritos ni a la capacidad de los empleados, sino que se asciende y se nombran a los titulares de los cargos conforme al amiguismo, siendo la mayoría de las veces, que los amigos que se designan tienen menos competencias, trayectoria y preparación que los empleados que ya pertenecían a la institución.
Esta situación lo único que propicia es la mediocridad y el mal funcionamiento de las instituciones, en desmedro de la meritocracia y la eficiencia.
El amiguismo constituye, asimismo, una forma de corrupción y mala praxis gerencial. El que practica el amiguismo demuestra que es un pésimo gerente, que es una persona sin ética profesional y sin escrúpulos al pasar por encima de empleados que tienen los méritos, preparación, trayectoria y capacidad para ocupar el cargo en el cual fue nombrado “el amigo” del director, gerente o jefe.
Estas prácticas inmorales son las que tienen sumidos a nuestros países en el subdesarrollo y miseria y no permiten que la inteligencia y el talento sea lo que se imponga y prevalezca.
Debemos hacer lo posible por erradicar estas malas prácticas y velar porque las personas con mayor talento, trayectoria, preparación y ética sean las que ocupen los cargos dentro de las organizaciones o instituciones públicas o privadas, de lo contrario, estaremos condenados al fracaso.
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