jueves, 16 de octubre de 2025

Venezuela renace: el ocaso de una dictadura y el amanecer de la libertad

Venezuela renace: el ocaso de una dictadura y el amanecer de la libertad Por: Dr. Álvaro Albornoz El mundo observa con el corazón en vilo el final de una era oscura. Después de años de represión, corrupción, y miseria impuesta desde el poder, el régimen de Nicolás Maduro se derrumba bajo el peso de sus propios crímenes, del coraje indomable del pueblo venezolano y de la presión militar por parte del gobierno de Donald Trump. Durante más de dos décadas, las dictaduras de Chávez y Maduro sembraron terror y desesperanza. Sus gobiernos fueron un laboratorio del abuso: elecciones fraudulentas, persecución sistemática de opositores, censura de medios, violaciones masivas de derechos humanos, vínculos con el narcotráfico, y alianzas con grupos terroristas que usaron suelo venezolano como guarida. Las cárceles se llenaron de voces libres, la pobreza devoró los hogares, y millones de venezolanos fueron forzados al exilio. Fueron dictaduras que intentaron matar no solo cuerpos, sino espíritus. Pero no lo lograron. Frente al miedo, emergió la valentía. Frente al silencio, la palabra firme. Y en medio del horror, una mujer se alzó como símbolo de resistencia y esperanza: María Corina Machado. Su lucha fue cívica, pero su fuerza, legendaria. Nunca cedió ante el chantaje ni la amenaza. Nunca calló. Por eso el mundo reconoció en ella no solo a una política, sino a una heroína de la libertad, honrada con el Premio Nobel de la Paz 2025 por su defensa incansable de la democracia y de los derechos del pueblo venezolano. A su lado, el diplomático Edmundo González Urrutia representó la serena dignidad de un país cansado de los farsantes. Ganó contundentemente las elecciones de 2024 con el respaldo popular y el aval moral de una nación harta del fraude. El pueblo habló en las urnas; el régimen respondió con usurpación. Pero el eco de esa voz ciudadana cruzó fronteras y hoy el mundo entero reconoce a González como el presidente legítimo de Venezuela. El fin de la dictadura no llega solo por la presión internacional ni por los movimientos estratégicos de los gobiernos aliados a la causa democrática. Llega porque la mentira no puede sostenerse eternamente sobre el dolor humano. Maduro gobernó con violencia, miedo y corrupción, pero ningún poder dura cuando se construye sobre la sangre de inocentes y el hambre de los humildes. La justicia tarda, pero llega; y en Venezuela, la justicia está tocando las puertas del palacio que usurparon los tiranos. Ahora comienza una nueva etapa: la de la reconstrucción moral, política y económica de una nación devastada, pero no vencida. Venezuela no es una ruina, es una semilla. Y esa semilla germinará bajo el sol de la libertad. María Corina Machado será recordada como la mujer que transformó el dolor en propósito y la persecución en victoria moral. Edmundo González Urrutia, como el presidente que encarna el renacer democrático de un pueblo heroico. Donald Trump, como el Presidente que ayudó militarmente a liberar a una nación del Cártel de los Soles y demás organizaciones terroristas. Y Venezuela, como el ejemplo de que ningún régimen, por brutal que sea, puede aplastar para siempre la voluntad de un pueblo decidido a ser libre. La noche más larga está por terminar. Venezuela vuelve a ver la luz.

martes, 14 de octubre de 2025

El triunfo de la esperanza: ¡Felicitaciones María Corina Machado!

El triunfo de la esperanza: ¡Felicitaciones, María Corina Machado! Por: Dr. Álvaro Albornoz El mundo ha sido testigo de un momento histórico que trasciende fronteras, que inspira almas y alienta corazones cansados. Mi querida amiga María Corina Machado ha sido galardonada con el Premio Nobel de la Paz 2025, un reconocimiento justo y necesario al valor inconmensurable de quien no se doblega ante la adversidad, al ejemplo de liderazgo comprometido con la verdad, la dignidad humana y el anhelo de libertad. María Corina, tu entrega incansable por la democracia en Venezuela no es sólo tuya, es la de millones que hemos soñado con un país donde la voz del pueblo sea escuchada, donde la justicia y el derecho sean más que promesas, donde la esperanza venza el temor. Este Nobel no es otro destello de fama: es la afirmación de que la lucha pacífica tiene poder; que la palabra, la firmeza y el coraje pueden sacudir muros de oscuridad. Recuerdo cuando lideraste Súmate, aquella organización que nació con la convicción de que cada voto cuenta, de que ser ciudadano activo es defender la dignidad. Recuerdo tu paso por la Asamblea Nacional, tu voz en alto denunciando irregularidades, exigiendo transparencia, empeñándote en que el Estado respondiera ante el pueblo. Tu vida pública ha sido desafiada; han querido silenciarte, limitar tus derechos, excluirte de cargos que legítimamente aspirabas a ocupar. Pero allí has estado, firme, manteniéndote en territorio venezolano, en medio de amenazas, persecuciones y riesgos. Esa valentía, esa llama implacable, es lo que ahora el Comité Noruego reconoce, lo que el mundo celebra. Este premio es para ti, sí, María Corina, pero también para todos esos rostros que se iluminan cuando hablan de libertad, para esos que con los ojos húmedos guardan la convicción de que la dignidad humana es superior a cualquier opresión. Es para los jóvenes, para los marginados, para quienes aún creen que otro destino es posible. Porque tu triunfo reconoce que la paz no se impone, se construye, con el fundamento de la justicia, la libertad y la participación ciudadana. Mi amiga, hoy celebro con lágrimas de orgullo. Celebro tu corazón incansable, tu alma recta, tu palabra clara, tu mirada puesta en la victoria de todos, no sólo en la tuya. Que este Nobel sea un aliento para seguir firmes, para renovar fuerzas, para redoblar el empeño. Que nunca olvidemos que donde exista un solo ser humano clamando por respeto, verdad y libertad, tu lucha (tu luz) estará allí, alumbrando el camino. Gracias por enseñarnos, con tu vida y con tu acción, que la paz auténtica no es un regalo, sino una conquista noble. Venezuela te lo agradece. Y el mundo, hoy más que nunca, extiende su mano, ora por tu fortaleza, contempla tu ejemplo. ¡Enhorabuena, María Corina Machado! Que este Nobel sea el faro de un mañana libre, justo y pleno para Venezuela.

domingo, 5 de octubre de 2025

Carta Abierta al Partido Nacional y Partido Liberal de Honduras.

CARTA ABIERTA A LA DIRIGENCIA DEL PARTIDO NACIONAL Y DEL PARTIDO LIBERAL Honduras, octubre de 2025 A los líderes de las dos grandes columnas históricas de la democracia hondureña:el Partido Nacional y el Partido Liberal. La historia de Honduras se encuentra en un punto de quiebre. El próximo 30 de noviembre no se juega una elección más: está en juego la supervivencia de nuestra democracia, la libertad de nuestros hijos y la posibilidad de construir un país digno, justo y en paz. El partido de gobierno, LIBRE, no es un adversario político más. Es el brazo ideológico de un proyecto autoritario internacional que, bajo el disfraz de justicia social, busca instaurar en Honduras el mismo modelo que ha destruido el Estado de Derecho en Cuba, Venezuela y Nicaragua. Su estrecha alianza con el régimen de Nicolás Maduro y con el cártel de los soles representa una amenaza directa a nuestra soberanía, a nuestras instituciones y al futuro de la nación. Hoy, las encuestas muestran números prácticamente iguales entre los candidatos de oposición y el oficialismo. Es decir, el resultado de la elección dependerá de cada voto, de cada ciudadano y, sobre todo, de la capacidad de la oposición para unirse. Pero también debemos ser realistas: LIBRE no juega limpio. Sus operadores electorales están siendo asesorados por el régimen venezolano, experto en fraudes y manipulación electoral, como se evidenció recientemente en Venezuela, donde le arrebataron el triunfo al candidato Edmundo González Urrutia. Ese mismo modelo de fraude y control institucional se intenta replicar en Honduras. A ello se suma una preocupación aún mayor: las Fuerzas Armadas han sido politizadas y contaminadas, y existen indicios de que podrían interferir nuevamente en el proceso electoral, como ya lo hicieron en las elecciones Primarias, donde impidieron y obstaculizaron el derecho al voto de muchos hondureños. Si esas prácticas se repiten en noviembre, el resultado será una elección viciada y una democracia herida de muerte. Frente a este panorama, la división entre el Partido Nacional y el Partido Liberal sería un suicidio político y una traición histórica. Divididos, perderemos la elección y el país, pues el fraude se impondrá sobre la voluntad popular. Unidos, podemos rescatar a Honduras. Por eso, hago un llamado urgente, sincero y patriótico a ambas dirigencias: 1. Que dejen a un lado los intereses personales y partidarios. 2. Que convoquen a un acuerdo histórico de unidad nacional, con un solo candidato presidencial de consenso, respaldado por liberales y nacionalistas. 3. Que comprendan que hoy no se trata de quién gobierna, sino de salvar a Honduras de la oscuridad del autoritarismo. Este no es el momento de la ambición ni del cálculo electoral. Es el momento de los estadistas, de los constructores de consensos, de los patriotas que ponen la nación por encima del partido. Honduras necesita líderes que comprendan que la bandera azul y la bandera rojo-blanca deben unirse bajo la bandera de las cinco estrellas, la de todos los hondureños. La disyuntiva es clara: Unidad o tiranía. Consenso o sometimiento. Patria o colonia ideológica extranjera. El pueblo hondureño no perdonará a quienes, por mezquindad o egoísmo, entreguen el país al socialismo autoritario. La historia será implacable con los que callen o dividan en esta hora decisiva. O nos unimos para rescatar la democracia, o la democracia será arrasada. O levantamos juntos la bandera de la unidad, o el socialismo radical enterrará nuestra libertad. El llamado es claro, la responsabilidad es inmensa y el tiempo apremia. ¡Es la hora de la unidad, o será la hora de la ruina! Con preocupación, esperanza y profundo amor por Honduras, Dr. Álvaro Albornoz Doctor en Derecho Constitucional