CLAVES PARA RESOLVER EL CONFLICTO EN HONDURAS
Por: Dr. Álvaro Albornoz
Doctor en Derecho Constitucional
Abogado Summa Cum Laude
Profesor Universitario Venezolano
catrachovenezolano@gmail.com
Para resolver el conflicto que vive nuestra hermana República de HONDURAS, y que ha sido propiciado por el régimen cleptocrático de Hugo Chávez y sus petrodólares, se requiere lo siguiente:
PRIMERO: Hacer cesar de inmediato el intervencionismo e injerencia del Régimen de Hugo Chávez en los asuntos internos de HONDURAS, por lo que la OEA y la ONU deben exigir contundentemente al señor Chávez la paralización de toda la ayuda económica al ex presidente Zelaya y sus ex funcionarios, y la suspensión del financiamiento de las hordas criminales que azotan a Tegucigalpa haciendo destrozos que atentan contra los bienes y contra la integridad física de las personas.
SEGUNDO: Reconocer la legitimidad de todas las instituciones hondureñas quienes actuaron apegadas a su ordenamiento jurídico. Los países del mundo y los organismos internacionales deben examinar que todos los órganos del Poder Público de HONDURAS se mantienen incólumes y con la misma conformación humana que poseían antes de los sucesos del 28 de junio de 2009 y que solo operó la sustitución constitucional del Presidente de la República como ha ocurrido en muchas naciones del planeta: un hecho normal dentro de un sistema jurídico, como por ejemplo el caso de la segunda presidencia de Carlos Andrés Pérez en Venezuela, cuando el Congreso designó a Ramón J. Velásquez como Presidente Interino, sin que ningún país hiciera alharaca por eso. En este sentido, se deben considerar como actores de este proceso a la Corte Suprema de Justicia de HONDURAS, al Congreso Nacional, a la Fiscalía General, a la Fuerza Armada Nacional, a la Procuraduría General de la República, al Tribunal Supremo Electoral, al Comisionado Nacional de Derechos Humanos, a los Tribunales de HONDURAS, entre otros, y no solo considerar al Presidente Micheletti como si fuera el único actor interviniente.
TERCERO: El gobierno de Brasil debe definir el estatus jurídico del ex presidente Zelaya, quien se encuentra en su Embajada en Tegucigalpa, y otorgarle asilo político (en caso de que Zelaya así lo desee) trasladándolo inmediatamente a territorio brasilero; o de lo contrario exigirle al señor Zelaya el abandono de sus instalaciones diplomáticas a fin de que se entregue a las autoridades competentes hondureñas y sea juzgado por los múltiples delitos que le han sido imputados. Mientras ocurra esto, el gobierno de Lula da Silva debe cumplir con los tratados internacionales y prohibirle a su huésped que utilice la Embajada de Brasil como centro de operaciones políticas y de llamados a revueltas criminales atentatorias de la paz y el orden público.
CUARTO: Reconocer que la única vía posible para solucionar definitivamente el conflicto en HONDURAS son las elecciones presidenciales pautadas para el próximo 29 de noviembre y que ya estaban previstas antes de los sucesos del 28 de junio. Por lo que, se debe garantizar la mayor transparencia y seguridad en dicho evento electoral, para que el pueblo pueda expresar con tranquilidad su soberanía popular y elegir a su nuevo Presidente Constitucional. El hecho de que se mantenga la convocatoria de estas elecciones demuestra la naturaleza democrática y civilista del gobierno del Presidente Micheletti, y deja sin sustento las falsas imputaciones que le hacen las pseudo democracias americanas de ser un dictador, más aún cuando ni siquiera participa como candidato presidencial.
En consecuencia, los organismos internacionales, en vez de estar obstaculizando la realización de estas elecciones, deben abocarse a vigilar y presenciar las mismas con la mayor cantidad de observadores electorales que sea posible, a fin de certificar la pulcritud y legitimidad del resultado de las votaciones.
QUINTO: Se debe eliminar cualquier bloqueo económico y comercial que exista en contra de HONDURAS, para evitar hacerle daño a la población y para garantizar el normal desenvolvimiento de la democracia de esta nación centroamericana.
SEXTO: Nombrar unos veedores o representantes permanentes de los organismos internacionales, ante el gobierno constitucional de transición de Roberto Micheletti a fin de garantizar la plena aplicación de los principios democráticos y el respeto absoluto a los derechos humanos, hasta la toma de posesión del Presidente que resulte electo el 29 de noviembre de 2009.
Con estas seis claves se resuelve el conflicto en HONDURAS y se alcanzaría la paz deseada por el pueblo catracho.
Creo que no hay otro camino que el indicado por usted en este acertado artículo.
ResponderEliminarComo abogada que soy, jubilada del ejercicio de funciones públicas en Colombia, pero no del interés en situaciones como la de Honduras, inicialmente me alarmó que en todos los idiomas y por todos los organismos y gobiernos se cuestionaba por inconstitucional la sustitución de Zelaya y toda actuación del presidente Micheletti, en lugar de buscar la constitución, ejercicio que hice y que me condujo a encontrar también en la página web www.poderjudicial.gob.hn el expediente levantado legítimamente por las actuaciones de Zelaya. Mi conclusión es que se ha intervenido abusivamente en los asuntos internos de Honduras, en contradicción a casos aberrantes, cuando organismos y gobiernos han permitido, por ejemplo, automasacrarse a naciones como Ruanda, amparados en el principio de no intervención en los asuntos internos de pueblos soberanos. ¿No es Honduras pueblo soberano? ¿Con qué fundamento se están descalificando anticipadamente las elecciones de Noviembre? ¿Por qué nadie puede mencionar siquiera los graves problemas que afectan a Venezuela y los atropellos a la democracia, a la libertad de expresión, a los derechos humanos, pues el presidente Chávez reparte insultos por no permitir intervención en sus asuntos internos? ¿Teme la comunidad internacional esos insultos y agravios de Chávez si apoya a Honduras, en esta coyuntura? Causa extrañeza y consternación; por fortuna el presidente Micheletti y su gobierno está soportando con una fortaleza digna de aplauso, una situación tan difícil como injusta. Solidario saludo, María Elena Triana
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